Opinión

Editorial: ¿Calma ante el dominó árabe?

Que no cunda el pánico . Aunque muy cargada de riesgos, esta revolución árabe todavía no pesa sobre la recuperación de la economía mundial. Por el momento, los movimientos se circunscriben a países que no causan grandes disrupciones.

Y los mercados han aprovechado para hacer correcciones tras las fuertes subidas. Pero la revolución ha adquirido una velocidad inusitada. Los expertos ya no se atreven a decir que todo se detiene en el siguiente país. ¿Acaso un dictador como Gadafi no parecía tenerlo todo bien atado?

Y si se extendiese a grandes productores de crudo como Arabia Saudí, entonces el peligro sería enorme. Se produciría ipso facto una revalorización del riesgo que podría acabar con la liquidez de la Fed y su QE2. Lo que dispararía una retirada masiva de activos como Portugal. Y la UE tendría la crisis otra vez a las puertas.

Los argumentos para pensar que los saudíes resistirán son fuertes. Han redistribuido riqueza; cuentan con bajos niveles de corrupción; y los pakistaníes desempeñan los malos empleos. Pero con todo, la UE no puede asirse a la tesis de que falta una sociedad civil: después de años la gente sale a la calle a reclamar la libertad... ¿qué señal más importante queremos de una sociedad civil? Y tras pedir trabajo, ¿van a querer una guerra con Israel?

Es una vergüenza que la UE se contente con la tibieza de condenar la violencia pero no al sátrapa. Así se fomenta que resurja el discurso anticolonialista, justo cuando se debe presionar a Arabia Saudí y otros para que inicien una robusta transición democrática que aleje los riesgos existentes para la economía mundial.

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