El preconcurso de acreedores de Nueva Rumasa destapa numerosos frentes de preocupación.
No sólo queda en el aire el reembolso del capital que 5.000 pequeños inversores prestaron al conglomerado empresarial más los suculentos intereses que ofrecía en sus emisiones.
No sólo hay que preguntarse si el prudente trato que la CNMV dedicó a las captaciones de fondos ocasionó desprotección al ahorrador. También hay que abordar la cuestión de las valoraciones infladas.
Se utilizó un informe tomado sin consentimiento, y que rechazó su propio autor, según el cual sus brandys valían más que toda la denominación de origen Jerez. Por otra parte, el núcleo fiscal del holding se ubica en Holanda.
Muchos focos de problemas en una misma familia empresarial.