Algunos no esconden sus preferencias. El desayuno popular que ayer protagonizó Federico Trillo -escoltado por toda la cúpula de Génova, incluido Rajoy- se convirtió en una mañana de consejos para su adversario político.
El responsable de Interior del PP avisó a su interlocutor en el Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, de que vigilara los encuentros entre Zapatero y Bono porque alimentan la especulación sobre el debate sucesorio.
¿Es que le tienen miedo a alguien?