Opinión

El crudo, a merced de las revoluciones

VECER (ESLOVENIA)

Nadie se atreve a predecir, por el momento, hasta dónde alcanzará el fuego revolucionario que se ha encendido recientemente en el norte de África. Sin embargo, hace peligrar ya a algunos países ricos en crudo.

Si el petróleo arde, la acción de apagado despertará la atención de todo el mundo. La huida del presidente tunecino Ben Ali habría sido sólo un folclorismo africano más, pero la salida involuntaria del último faraón egipcio, Hosni Mubarak, ha barajado, de nuevo, las cartas geopolíticas.

La resistencia de Egipto -que no tiene nada más que ofrecerle al mundo que el Canal de Suez, las pirámides y la mayor comunidad árabe- ya hizo temblar las bolsas del petróleo.

Se trata de una clara advertencia sobre la posible expansión de la revolución de los jóvenes manifestantes desde la comparativamente pobre África del Norte hasta Oriente Próximo, éste sí, rico en petróleo.

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