De JIJD (Bélgica)
Unas elecciones en Bélgica son impensables y amenazan con derivar en un referéndum sobre el país. La necesidad rompe la Ley y la Constitución. Y entonces se vislumbra el final de la formación de Gobierno más duradera. La sexta reforma estatal vuelve a congelarse y obtenemos un Gobierno que tirará hasta 2014. De nuevo, cuatro años perdidos de inmovilidad. Bajo la superficie, la crisis país crecerá para llevar después a una erupción que a duras penas podrá controlarse.
