Hoy llega Merkel. Los ahorros alemanes han terminado financiando incluso aeropuertos nuestros a los que no va nadie. Y ahora la avalista de España viene a evaluar si le cuesta más salvar a sus bancos o al Estado español.
Y eso con varios sufragios regionales encima y demasiado tiempo hasta que se den unas elecciones generales en España. Así que no procede que frivolicemos como Zapatero ayer diciendo que los germanos deberían dejar de jugar como un defensa para ejercer más de delantero.
En seguida contestó Merkel: "Todos los Estados de la eurozona queremos que el euro tenga un buen futuro. Esto significa, por un lado, que debemos ser solidarios -Alemania ya lo ha demostrado- y, por otro, ser más competitivos".
Y esto es lo que debe examinar Alemania: qué hacemos para ser más competitivos. Ayer, tanto el presidente de BBVA, Francisco González, como el de Cepyme, Jesús Terciado, apuntaron que se debía reformar el sistema financiero.
No vale con ponerles un objetivo de capital a las entidades, sino que se deben sanear primero y luego soltarlas al mercado. El otro punto crítico está en el paro. Ayer volvió a aumentar, aunque el Gobierno se conforme con un ¡sigue aminorándose el ritmo!
Tal y como quiere Merkel, tendremos que ligar cualquier alza de sueldos a la evolución de la productividad. Hoy, podrá poner a los sindicatos teutones como ejemplo de responsabilidad.
A los nuestros ya no les queda otra salida. La foto con patronal y sindicatos es importante. También lo es que Zapatero ayer se emplease con sentido de Estado. Pero esto hay que concretarlo. Y esperemos que Merkel lo fuerce más pronto que tarde.