Una sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra ha resuelto que, de acuerdo con el artículo 140 de la Ley Hipotecaria, la deuda hipotecaria que un particular tiene con un banco queda saldada al entregar la vivienda y que, por tanto, la entidad no tiene derecho a seguir persiguiéndolo hasta que supla la cantidad que le parezca pertinente.
No sólo eso. La sentencia establece que no puede pretender el banco que, ante la pérdida de valor de un inmueble, sea el que paga la hipoteca el único que cargue con las consecuencias de esa circunstancia, ya que los bancos tienen una enorme responsabilidad en la burbuja inmobiliaria.
La sentencia es firme y, de hecho, el banco acreedor ha tenido que anunciar que irá al Constitucional para intentar su derogación. Teniendo en cuenta quién está en este Tribunal, a día de hoy me temo lo peor. Sin embargo, la resolución judicial me parece rezumante de justicia.
Durante décadas, los políticos han mantenido secuestrado el suelo, provocando una subida artificial de la vivienda que benefició, y mucho, a bancos, cajas y constructores.
En términos proporcionales, la vivienda en España costaba un 60 por ciento más que en la UE, pero todos estaban encantados. Por supuesto, los bancos y cajas se aseguraban de que les iban a pagar y lo hacían no sólo con el bien hipotecado -que es lo que pretende la vieja institución jurídica de la hipoteca-, sino con otras garantías añadidas, con avalistas, e incluso con seguros de vida que el prestatario se veía obligado a suscribir.
El negocio no podía ser más redondo, pero de repente semejante latrocinio en comandita se ha convertido en imposible. ¡Adiós trinques de políticos! ¡Adiós pelotazos de constructores! Ahora ha sonado el adiós de los bancos y las cajas. Nadie les mandó conceder créditos en condiciones absurdas ni aceptar avales dudosos ni competir como alimañas en el mercado hipotecario.
Que paguen las consecuencias de sus errores; que saquen al mercado lo que tienen a su precio real y que no pretendan cargar a los deudores con sus pecados. Lástima no me dan ninguna.
César Vidal. Historiador y director del programa La Noche de Es.Radio.