Apenas nada se sabe de aquellos 500 millones de holgura que iban a permitir salvar 49 obras públicas del tijeretazo de Fomento.
En agosto, parecía que un cierto respiro para la deuda pública española, gracias al drástico ajuste de mayo, iba a permitir retomarlas y Salgado se precipitó en hacerlo público. Cinco meses después todo sigue... ¿igual? No exactamente.
Ya cunde la impresión de que se ha esfumado esa posibilidad y de que se podría producir un nuevo recorte. Esta semana, CiU inundará el Congreso con 500 preguntas sobre proyectos concretos en los que no se han producido avances.
Quedan patentes de nuevo los bandazos del Ejecutivo y su propensión a edificar castillos en el aire. Pero la prima de riesgo y el coste de financiación obligan a poner los pies en el suelo.