Opinión

Editorial: Cajas: el supervisor se equivocó

La segunda ronda de reestructuración de las cajas catalanas ha llegado. Los nuevos test de estrés se publicarán entre febrero y marzo, así que ya se calculan los agujeros que pueden aflorar.

La Generalitat sabe que tanto Unnim como Catalunya Caixa precisan de una recapitalización considerable y barajan posibilidades, puesto que no quieren perder otra entidad, tal y como sucedió con Penedès y Laietana. Se plantea que La Caixa se quede con Unnim, y Sabadell con Catalunya Caixa. Pero éstas querrán obtener ayudas públicas con las que protegerse de semejantes digestiones.

Tales alianzas podrían resultar positivas para acometer los ajustes que realmente se necesitan en las entidades con problemas. Pero esta historia demuestra que los pasos dados hasta ahora no han servido de mucho. Y que puede haber más agujeros en todas las cajas.

El Banco de España ha permitido que se haga una chapuza. Ya dijimos desde el primer momento que haría falta una segunda remodelación del sector. Mucha fusión a medias y poco sacrificio. Ni se recorta, ni se desvelan los agujeros, ni se recapitaliza. Tan sólo se ha inyectado dinero para reducir plantillas.

Pero esos recursos deben devolverse con unos intereses muy altos, cuando las entidades captan los depósitos a precio de oro, no tienen negocio y los mercados de liquidez les niegan el crédito. El Gobierno decidió que tenemos el sector financiero más robusto y ha negado las dificultades. Ahora, las necesidades de las cajas podrían sembrar la incertidumbre.

O se agiliza su transformación en bancos para atraer capital y disciplinarlas, o el Estado no tendrá dinero para salvar a todas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky