La UE ha retomado las negociaciones para ampliar la dotación y aumentar las funciones del fondo de rescate para economías en dificultades. En este proceso, es preciso que se dominen muy bien los equilibrios para que esa eventual elevación no lance el mensaje de que pudieran sobrevenir mayores problemas de los previstos, sino el de que se dispone de mayor protección ante vaivenes adversos.
Pero más que su tamaño, lo importante en un eventual rediseño del fondo es determinar si se podrá usar o no para comprar deuda, lo que, en plena polémica sobre la creación de eurobonos, supondría meter un gol a la canciller Merkel, quien seguramente se opondrá a que el fondo incluya esa posibilidad. De producirse tal novedad, el instrumento ya no serviría sólo para rescatar países.