Opinión

Una década que no debería olvidar

Cierra el mercado las puertas de la primera década del siglo XXI con dos severas lecciones sobre el riesgo que inconscientemente corren los inversores que no respetan al mercado. Hay dos tipos de personas para esto de los mercados: los que juegan a ser un gurú, y los que no lo hacen.

La primera década del siglo, con la crisis puntocom como estreno y la de las hipotecas subprime para completar un ciclo inolvidable, nos han hecho tomar consciencia en propia carne de que los activos no suben siempre, y que descuidarlo tiene un alto precio, en el mejor caso en forma de coste de oportunidad.

Hay que dudar siempre de lo que se lee, y escucha; cosas como esa de que los precios de la vivienda, como todo el mundo sabe, nunca bajan. Alguno afirmará a estas alturas que si en Estados Unidos han caído un 50% es porque los yanquis como afirmaba Astérix el galo de los romanos cuando estos dominaban el mundo, están locos.

A principios de siglo, el más reputado gurú de Internet afirmó que Terra sería uno de los diez principales actores del sector en un futuro no muy lejano. Fue cuando Telefónica tiró su dinero con Lycos o Endemol -algo de lo que afortunadamente aprendieron y que hicieron en menor medida que otros-. Hoy, de Terra, puede decirse que no existe. Lo que nos ha demostrado el mercado, con éste y otros episodios dignos de ser contados a los nietos, es que hay que tenerle respeto.

Hay enfoques que hacen daño

Me he acordado poco del señor Hódar para que no se me enfade de nuevo, pero no quiero acabar la década sin insistir en cuanto daño pueden hacer determinados enfoques.

Con el 2008 en la retina, afirmó a principios de 2010 de varios blue chips españoles que eran compras sin stop porque nos esperaba otro año alcista. Me enfadé tanto con su enésima temeridad, constatando que de poco han servido dos grandes crisis bursátiles para quien tiene la obligación moral de ayudar a proteger el dinero de la gente -especialmente en estos tiempos-, que decidió no volver por cierto programa radiofónico.

Sinceramente, no le he echado de menos aunque me gustaría poder preguntarle en enero qué hacemos tras el 17% que cayó el Ibex en 2010.

Hay que adaptarse al entorno

En Bolságora esperábamos más de 2010, pero lo hemos cerrado con una pérdida algo superior al 4 por ciento porque no jugamos al gurú y asumimos pérdidas cada vez que es necesario.

Nuestra cartera internacional, beneficiada por un entorno apto para el trading en tendencia, que es lo que practicamos -porque puede invertirse a medio plazo por técnico siendo activo en mercado-, finalizará 2010 en torno con un beneficio en torno al 9%. No nos quejamos, sobre todo porque este tipo de comportamiento dispar pone énfasis en la necesidad de no conformarse.

Si bien no podemos hacer nada y tenemos que tragarnos a Villar y Zapatero hasta que escampen, en finanzas podemos actualizarnos y leer elEconomista además de a Expansión, o invertir en materias primas o en Alemania parte de nuestra cartera para no tener que soportar estoicamente a un mercado que ha castigado a un Ibex que fue el rey durante buena parte de la década.

Nada está dicho, y por eso es tarea del inversor moverse para evitar los episodios más oscuros que periódicamente acontecen en el mercado. Y no crea que lo visto es lo peor que puede suceder, que en Japón tuvieron en los 38.000 puntos a su principal índice en 1.988 y más de veinte años después éste deambula por los 10.000 enteros.

¿Qué hemos aprendido?

La década ha terminado y me parece más oportuno hacer una reflexión sobre lo que deberíamos haber aprendido en ella en lugar de centrarme en lo que ha sido el ejercicio en curso como venía haciendo desde que arrancó este increíble proyecto en 2006. Un proyecto que no deja de crecer y tiene en el nuevo Ecotrader, donde le espero, su primer gran reto.

Se acerca 2011 con posible corrección a la vista tal como el EuroStoxx 50 está advirtiendo con una nueva pauta potencialmente bajista en plena directriz bajista de medio término. Si empieza así algo duro no puede saberse, pero recuerde que en 2008 no iba a pasar nada grave.

Simplemente hay que empezar a reaccionar, como habrá que seguir haciéndolo si caen soportes adicionales como el 9.800 del Ibex 35. No en vano pueden recontarse 5 grandes subondas desde los mínimos del pasado verano en el S&P 500 y sabemos que estamos viviendo en un nivel de optimismo propio de los techos relevantes.

No espero un 2008, pero tampoco lo esperaba entonces. No se trata de prever sino de adaptarse. Le deseo un feliz 2011 y una década de éxitos.

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