Opinión

Editorial: Seriedad para rato con las CCAA

Ayer, el Gobierno presentaba orgulloso las cifras de las CCAA, esas administraciones cuyo gasto crece sin parar desde que nacieron.

La satisfacción obedecía a que el déficit autonómico hasta septiembre, del 1,24 por ciento, haría posible cumplir la meta para 2010.

Pero el propio secretario de Estado deHacienda admitía que es el último tramo del año el que concentra el grueso del gasto. Es sólo una de las muchas salvedades al dato.

No se descarta un desvío importante en el cuarto trimestre, pues se sospecha de una voluminosa masa de obligaciones no reconocidas. Sin ir más lejos, con proveedores, como viene siendo la tónica de estas administraciones que cuentan, además, con una variopinta maraña de empresas públicas y organismos en los que canalizar operaciones que no computan como déficit. Igual que no lo hacen los astronómicos desequilibrios de sus televisiones o ese elenco de competencias suyas que asumen los municipios.

Y no se pueden olvidar las cantidades que las CCAA tendrán que devolver a partir de 2011 por el exceso recibido en anticipos a cuenta de la recaudación.

En cualquier caso, no cuadra que de la noche a la mañana hayan embridado sus cuentas sin despeinarse,máxime con una deuda que crece sin parar, que rebasa por primera vez el 10 por ciento del PIB y que ha llevado incluso a emisiones patrióticas.

El Gobierno debe ser más estricto que nunca, y bucear en estos datos para que menor déficit hoy no sea mayor agujero mañana. En la línea que marcó su firmeza con el Ayuntamiento de Madrid, debe ser rígido con los límites al endeudamiento para lasmás pródigas, o todo este esfuerzo de transparencia habrá sido estéril.

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