Una vez más, el Tribunal de Cuentas ha detectado anomalías en las cuentas públicas anuales. En 2008, se infravaloró el déficit estatal en 3.054 millones y se presentó un superávit de la Seguridad Social engordado en 486 millones.
Llama la atención que año tras año la ejecución presupuestaria a dolezca de los mismos errores que reiteradamente señala el órganofiscalizador, como la falta de información o la indebida imputación temporal de los movimientos.
Algo que demuestra lo urgente que es el acuerdo entre PP y PSOE para la renovación de este organismo, cuyos miembros están en funciones desde noviembre.
Hoy sus informes se limitan a descubrir y comunicar irregularidades... demasiado tiempo despuésde producirse. Con la reforma, debe ganar celeridad así como fuerza vinculante y sancionadora.