Opinión

Editorial: Las rabajas más desesperadas

2008, 2009... y 2010. Éste es ya el tercer periodo navideño consecutivo afectado por la crisis. Como revelan los datos del INE, cada vez más familias disponen de menos holgura en sus finanzas y tienen a todos sus miembros en paro.

 Así, un estudio de Deloitte afirma que estas Navidades el gasto podría reducirse hasta un 10 por ciento, cifra que se acumula a las caídas de los dos años anteriores.

Muchos ciudadanos sólo compran justo lo que necesitan y prefieren esperar a las rebajas para adquirir a mejor precio. Lo que ha llevado a buena parte del comercio a adelantar una vez más los descuentos y las ofertas para salvar estos días en los que se juega hasta un tercio de  su facturación.

Sin embargo, semejante política está perdiendo su poder de atracción, porque en la práctica las rebajas se han hecho permanentes.

En lugar de una bajada definitiva de precios, los establecimientos han optado por publicitar descuentos y ofertas durante todo el año con tal de poder renovar su stock y seguir así incentivando a los consumidores.

Cierto es que algunos como el textil contaban con buenos márgenes, pero el proceso de erosión de las rentabilidades lleva ya tres años y, encima, han tenido que asumir un alza del IVA. La mayoría se ha visto abocada a cuadrar las cuentas vía recortes de gasto y personal, o incluso financiar al cliente.

Hasta ahora, se ha hecho frente a la crisis aplicando la tijera, pero ha llegado el momento de que el sector se plantee una estrategia que le ayude a sobrevivir en un entorno que continuará hostil al menos un par de años más.

Una situación que muestra a las claras que la crisis ha echado raíces profundas y no tiene pinta de mejorar.

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