La cumbre de jefes de Estado de la UE subrayó lo que ya se sabía: Alemania manda. Nada de eurobonos, ni de comprar deuda de países a corto plazo como pedía España, ni de ampliar la cuantía del fondo de rescate. Ayer Merkel se impuso.
El fondo de rescate se hará permanente a partir de 2013, se aplicará sólo con unas condiciones muy duras e incluirá a los acreedores privados en la solución. Sin embargo, la velocidad de los acontecimientos puede volver a dejar a la UE en evidencia.
Los bonos españoles a 10 años pagaron ayer un 5,4 por ciento de interés, una cifra que no se abonaba desde el 2000. Pero entonces se crecía mucho más.
No es sostenible por mucho tiempo que el interés de la deuda sea muy superior al crecimiento nominal. Pronto, Berlín puede cambiar de planes.