Moody's cuestionó ayer las cuentas de la banca española avisando de que sólo ha aflorado la mitad de las pérdidas.
Al mismo tiempo, la fusión fría catalana Unnim reconoció que precisaría, al menos, otros 100 millones para hacer frente a los nuevos test de estrés y no suspender como en los anteriores. Algo que puede apuntar a nuevas necesidades de recapitalización en todo el sector.
Mientras en público el Banco de España se empeña en defender la solvencia del sistema financiero, en privado ha empezado a redoblar la presión para que todas las entidades hagan sus deberes y puedan salir bien en la foto de las pruebas de resistencia.
Hay que limpiar todos los balances cuanto antes. Eso contribuirá a mejorar la percepción exterior y apuntalar los déficit de liquidez.