La huelga de controladores sorprendió al equipo de Caja Madrid en Valencia, donde se habían desplazado para cerrar la constitución del SIP con Bancaja y el resto de socios.
De modo que tenían dos opciones: pernoctar o buscar una alternativa. Y se inclinaron por lo segundo, así que regresaron a la capital en autobús. Pese a ser menos cómodo que un confortable vuelo en avión, Rodrigo Rato y su equipo demostraron que siempre hay una solución, aunque no sea la preferida.