El ministro de Finanzas alemán cree en el euro y en las soluciones a medida. Schäuble apuesta por que las ayudas a los Estados que lo precisen estén cortadas a sus hechuras.
Algo sensato y conveniente, dado el diferente corte de los distintos vaivenes que aquejan a los países más proclives a un auxilio europeo. Nada tuvo que ver el problema bancario irlandés con la prodigalidad helena.
Cada país sufre sus propios riesgos. Y los de la economía española obedecen a su tamaño: muy grande para caer... y para ser rescatada. Un escollo demasiado grave para la UE. Por tanto, la solución a medida para España sería una posible quita de su deuda, y que todos los acreedores sacrifiquen algo.
Eso, o que Europa se tope con una contrariedad que no quepa en el traje de la UE y su fondo.
