Nuestro Gobierno se autodefine como "progresista y de izquierdas", y de alta sensibilidad en cuestiones sociales.
Desde los tiempos en que militaba en aquel pluscuamperfecto Partido Socialista que era el PSP, liderado por Enrique Tierno Galván, siempre pensé (y mantengo aún hoy) que la definición de la izquierda reside en la profundización de la mejor distribución de la riqueza, en una constante fijación por la justicia social.
Pero el desnortado PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero presenta el gesto como la esencia (cheques-bebé, matrimonio homosexual?).
Sin embargo, el núcleo duro, la esencia del poder ni lo alcanza ni lo roza, ya que ni siquiera lo apunta. Me explicaré.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, escribió, no hace tanto tiempo, que la participación de las rentas del trabajo disminuye progresivamente respecto a las rentas del capital. Y ahora, el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, también "de izquierdas y progresista", emite bonos en los que propone el alto interés para los suscriptores del 4,75%... otorgando a la banca gestora ¡¡un 3%!!
Al ciudadano que arriesga y paga se le asigna el 61,29% de los resultados, mientras que las entidades financieras, que ningún albur asumen, se embolsan el 38,71 euros por ciento.
Ni las cajas de ahorros ni los bancos son la quintaesencia de la revolución... aunque en la praxis, que no en la retórica, lo crean con ejemplar desparpajo todos esos partidos y sindicatos que parachutan sobre los consejos de administración de esas mismas cajas sus representantes, percibiendo jugosísimas dietas y sueldos? para, acto seguido, cínica o hipócritamente (o ambas dos) clamar contra el sistema en el que se hallan sólidamente instalados cuando éste es el principal responsable de haber financiado irresponsablemente la burbuja inmobiliaria.
¿Dormían en los consejos de administración?... porque estaban muy despiertos cuando cobraban.
Javier Nart. Abogado.
