Los créditos del ICO se encarecen. El dinero le cuesta más y, lógicamente, se traslada al prestatario. Cierto que nunca fueron baratos. Su ventaja consiste en la facilidad de acceso y pago.
De ordinario, el tipo es fijado en mercado y los ministerios deciden subsidiar algunos. Tal es el caso de la Línea Avanza para tecnología. Ahora, no podrán reforzar esas subvenciones. A esto se añade que los créditos directos del ICO no funcionan. Sólo han concedido el 24% de las "solicitudes admitidas a trámite". Pero las no admitidas serán aún más. Al final, el Estado ha empleado el criterio de la banca y tampoco concede crédito. Menos mal, la alternativa era un almacén de morosos. Y esto augura que las entidades seguirán los pasos del ICO encareciendo sus préstamos en 2011: otro año duro para las empresas.