Parece que la cadena televisiva que dirige Paolo Vasile no acaba de aceptar la marcha del que fuera uno de sus principales abanderados, Karlos Arguiñano. Ya hace un trimestre desde que el cocinero anunciara su adiós y aún le siguen lanzando hirientes puyas.
Si quita la publicidad se le recrimina, y si la vuelve a poner -como ocurrió la semana pasada- también se le echa en cara. Quizás estén un poco celosos de no poder degustar sus platos, o a lo mejor es que tienen morriña de no contar en sus filas con un programa que suba su audiencia.