Más impuestos y menos gastos. Ésta es la síntesis del Presupuesto español de 2011, aprobado ayer por el Consejo de ministros y que De la Vega ha definido como " austeridad y confianza". En efecto, se aumenta la presión fiscal sobre las rentas más elevadas, mientras que los recortes totales en el gasto público se situarán en el 7,9%.
A su vez, los ministerios deberán apretarse el cinturón en una media del 16%, excluyendo los de Educación e Innovación. España confirma su intención de poner orden en sus cuentas públicas antes de 2013, como ha acordado con Bruselas. De todos modos, cabe preguntarse cómo el Gobierno podrá hacer cuadrar las cuentas con una maniobra fiscal global que en 2011 permitirá recaudar sólo entre 400 y 500 millones de euros más (hay que añadir, sin embargo, los 5.000 millones que entrarán gracias al reciente aumento del IVA en dos puntos), frente a un leve crecimiento de la economía, en todo caso inferior al de los demás socios de la UE.
En efecto, el PIB aumentará en 2011 en un modesto 1,3%. Una estimación, que muchos analistas juzgan más bien generosa si se considera que el tercero y el cuarto trimestre de 2011 serán por lo menos difíciles en el frente productivo. Por algo, en 2011 la tasa de desempleo continuará en torno al 20%. La medida de este presupuesto es el aumento de la presión fiscal sobre las rentas más elevadas.