Opinión

Julio Anguita: Curiosidad

Habida cuenta que en los debates entre posiciones encontradas sobre las medidas económicas -y entre ellas la reforma del mercado laboral- casi todo se sustancia en torno a si dicha reforma crea o no crea puestos de trabajo, debiera procederse a lanzar una hipótesis al empresariado a fin de que éste la comente.

Imaginemos que el despido, que ya es prácticamente libre, alcanzase el nivel 100 de discrecionalidad por parte empresarial. E imaginemos que, además, no conllevase indemnización alguna.

Asimismo, que las aportaciones de los empleadores a la Seguridad Social quedaran prácticamente reducidas a cero.

Y, a fin de seguir con la lógica emprendida, imaginemos que la jornada laboral quedase a estimación patronal, según necesidades de producción.

Obviamente, quedaría invalidada -de hecho- la negociación colectiva y, en consecuencia, sería abolido -también de hecho- el artículo 37.1 de la Constitución Española acerca de la fuerza vinculante de los convenios.

En tal situación, habría que preguntar a las organizaciones empresariales algunas cuestiones fundamentales.

¿Podrían indicar al país cuáles son los sectores productivos que ustedes piensan desarrollar a fin de crear empleo?

¿Querrían aventurar qué clase de tejido productivo debiera desarrollarse para competir e ir reduciendo el abultadísimo déficit de la balanza comercial española?

¿Creen importante la intervención pública, siquiera para las grandes inversiones en infraestructuras de futuro?

¿Cuáles son, a cambio de la renuncia de derechos laborales y constitucionales, sus compromisos, con indicación de plazos, objetivos y evaluaciones?

¿Qué esperan, además, de los poderes públicos?

Creo que esta simulación debiera contemplarse como hipótesis metodológica para exponer ante el país cuál es el proyecto de la patronal en relación con su aireado interés en la creación de empleo. ¿Por qué no se animan?

Julio Anguita, ex coordinador general de IU.

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