El Gobierno ha cerrado un acuerdo con los sindicatos sobre los servicios mínimos para la huelga general. No debió resultarle nada complicado, dado el increíble parecido del acuerdo con la propuesta sindical. El Ejecutivo debió haberse mostrado bastante más fuerte en la negociación. Las autonomías del PP tienen razón al reclamar que se debería dar una mayor cobertura, al menos el doble de lo que han consensuado las organizaciones sindicales y el Gobierno.
Un nivel tan bajo no garantiza del todo que los trabajadores que quieran continuar con su vida laboral ordinaria puedan hacerlo, y así cobrar su sueldo íntegro sin problemas. Semejantes prestaciones pueden, además, provocar pérdidas en empresas cuyos empleados no deseen ir a la huelga... tan sólo porque Zapatero los ha dejado desasistidos.