El jefe del Ejecutivo español es uno de los máximos partidarios de gravar las transacciones financieras. Así lo manifestó en su discurso en la reunión en la que se discutían los Objetivos del Milenio.
Pero parece que durante su disertación Zapatero no pensó en el encuentro que tenía que mantener con los principales bancos de inversión estadounidenses al día siguiente. Conociendo a nuestro líder, la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿le bastó con cambiarse la chaqueta para cambiar el discurso?