A cambio del apoyo del PNV, el Gobierno cederá al País Vasco las políticas activas de empleo que tienen todas las autonomías... y añadió un elemento que no tienen las demás: las bonificaciones a la contratación de las empresas. Se abre la puerta a que todas las regiones lo gestionen y haya más burocracia y negociaciones de cuánto se da para liquidarlos más tarde.
Aunque los criterios están fijados, Euskadi podrá decidir a quién se las brinda. Y el Gobierno dará por el traspaso la cifra máxima posible, 472 millones. El PNV busca apoyo en las diputaciones, vende en casa que ellos logran los réditos y evita unas elecciones que podrían propiciar una mayoría absoluta al PP. Y habrá que ver si en la economía sostenible, que complementará a los presupuestos, consiguen algún suplemento.