En primavera, Bob Diamond accederá al cargo de consejero delegado del grupo Barclays. Hay quienes interpretan el nombramiento como el triunfo de la banca de alto riesgo que tanto pesó en la debacle financiera. Pero nada criticable hay en los pingües ingresos que han reportado las operaciones del banquero en la City, quien ha llegado a ganar en una sola operación, con su dinero, 20 millones de libras.
Ahora bien, la banca debe desterrar la cultura del cortoplacismo. Sus incentivos han de tener cortapisas y se ha de evitar que la mera persecución de rendimientos y bonus aliente la especulación a corto plazo y la persecución perentoria de ganancias, dejando muy bien la foto fija del banco y trasladando al futuro eventuales problemas. Los incentivos deben abogar por una estrategia de solvencia a largo plazo.