Opinión

Íñigo Méndez de Vigo: Una revolución silenciosa

Europa ha avanzado históricamente a golpe de crisis. La euroesclerosis de los años 80, consecuencia de la depresión económica provocada por el alza del precio del petróleo, fue superada por el gran proyecto del mercado interior. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 propiciaron un enorme avance en todos los temas relacionados con los asuntos de Justicia e Interior, como la orden de busca y captura, instrumento capital en la lucha contra el terrorismo.

Transcurridos dos años de la crisis financiera y económica que padece Europa, los dirigentes europeos se han puesto las pilas. Dos constataciones: el euro es más que la moneda común de los europeos; constituye una parte fundamental de su proyecto político como Unión. Por ello, su defensa y consolidación es una prioridad de primer orden. En segundo lugar, las cifras cantan. En 1955, Estados Unidos representaba el 36,3% del PIB mundial; la Comunidad Económica Europea, el 17,5%; y Japón, el 2,5%. En 2008, la economía americana sumaba el 20,3%; la Unión Europea, el 26,38%; y la economía japonesa el 6,24. Brasil, Rusia y China representan el 40% de la economía mundial y superan el 15% del PIB global. Por si esto no fuera poco, China -según el último informe del Fondo Monetario Internacional- crecerá este año un 9,9%; India, un 8,4%; EEUU, un 6,4%; mientras que la Unión Europea sólo crecerá un 1,8%, con España en el furgón de cola.

Ambas constataciones han exigido una actuación rápida y contundente: la intervención del Banco Central Europeo y la creación de un fondo de rescate dotado con 750.000 millones de euros han sido decisivos para fortalecer nuestra moneda común y ahuyentar a los agoreros que auguraban su desaparición.

Junto a estas medidas, está en marcha una revolución silenciosa. El próximo 22 de septiembre, el Parlamento Europeo aprobará el acuerdo al que ha llegado con el Consejo para la creación de tres autoridades europeas de supervisión sobre la banca, los seguros y las bolsas, así como de un comité de riesgos sistémicos.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no se recata en solicitar sanciones para aquellos países que incumplan sus obligaciones fiscales con la UE. Junto a la creación de una tasa sobre las operaciones financieras de la banca que contribuya a solventar las posibles crisis del futuro, la Comisión lanzará el próximo 29 de septiembre toda una serie de propuestas legislativas en materia económica basadas en un informe elaborado por Mario Monti. Así, en los próximos meses regularemos, por ejemplo, los créditos al por menor, especialmente los hipotecarios, que constituyen el 47% del PIB europeo y de los cuales sólo un 4% tiene carácter transfronterizo. Finalmente, el grupo ad hoc que encabeza el presidente del Consejo europeo, Hermanm Van Rompuy, se plantea nuevas medidas, como, por ejemplo, el examen previo de los anteproyectos de presupuestos nacionales por las instituciones europeas.

Frente a la desazón, incluso el pesimismo, la UE ha tomado en estos últimos meses medidas de calado para completar la unión monetaria con la gobernanza económica. Y es que, en Europa, para hacer la revolución, ya no es necesario tomar el Palacio de Invierno. Basta con aprovechar las crisis.

Íñigo Méndez de Vigo, diputado europeo y presidente del Colegio de Europa.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky