Pese a que ya lleva más de una década volando sin la protección del paraguas público, Iberia mantiene reminiscencias de su pasado. Y una de ellas es su fuerza laboral. El fenómeno de las low cost y el alza de la competitividad en medio de la crisis han cambiado el modelo de negocio de todas las aerolíneas, que ahora tienen que pelear mucho más por cada pasajero.
Ante este escenario y a las puertas de la fusión con British, las plantillas sobredimensionadas carecen de sentido. En el caso de Iberia, ésta llegó a alcanzar los 30.000 trabajadores. Ahora, cuando roza los 20.000, este expediente de regulación de empleo amistoso que lleva vigente desde 2001 facilita la transformación de la empresa. Aplicado con sentido común y sin dañar el know how del grupo, es todo un acierto de la aerolínea española.