Opinión

Editorial: Basilea III da un mordisco

El comité de Basilea III ha endurecido los criterios de solvencia para elevarlos en la práctica desde el 2 hasta el 7% del core capital. Esto significa que los bancos tendrán que retener ese porcentaje de reservas y acciones para responder a cualquier demanda de sus acreedores. Y cualquier entidad que esté entre el 4,5 y el 7% sufrirá restricciones tanto en los bonus como en los dividendos.

Añadida a estas condiciones, se crea una nueva franja que fijarán los propios países según el estado en que se encuentren sus respectivas economías, de modo que se puedan establecer reservas cuando se observe un periodo de excesos en el crédito. Pero la castidad no vendrá de inmediato: estos requisitos empezarán a hacerse efectivos en 2013, aunque no se implementarán por completo hasta 2018. Era necesario que surja una banca más solvente de esta crisis, y esta nueva regulación va en el buen camino. No hay niveles de capital que puedan proteger de una bancarrota, pero al final saldrá un sistema un poco más sólido. Sin embargo, las cajas españolas salen bastante mal paradas, porque a partir de ahora sólo se considerará capital de calidad el beneficio o las acciones, nada de las preferentes que han emitido a mansalva. Quedan varios años por delante en los que todas las entidades tendrán que buscar fondos para fortalecer su solvencia, y esto significa que el crédito puede resentirse. Se prevé un sistema más aburrido y con menos beneficios en los próximos años. ¿Se atreverá ahora Salgado a imponer una tasa a la banca después de oír cómo afectará esta nueva regulación?

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