Opinión

Editorial: ¿Se acabó el ajuste del gasto?

Por lo visto, el Gobierno ha vuelto a tener margen fiscal. Poco a poco, conforme se levantan en armas sectores y grupos de interés, el Ministerio de Economía se ve capaz de encontrar nuevos apartados donde rascar unos millones.

El principal recorte de la administración, el tajo a la inversión en infraestructuras, fue menguando según iban pasando los días. Los límites al endeudamiento de los municipios se han relajado sustancialmente. Y ya se han encontrado fondos para abonar los sueldos a los mineros del carbón. Ayer, el presidente confirmaba que no habría nuevos recortes. Zapatero decía que la situación había mejorado respecto a mayo y que les parecía razonable abrir un poco más las posibilidades. Felicitamos al presidente por haber podido salir de un apuro en el que él solo nos había metido. Sin embargo, ahora no debemos relajarnos. Queda mucho para cumplir con el compromiso de un déficit del 3 por ciento. Zapatero enseguida se empeña en declarar que los meses siguientes serán claves en la recuperación, apuntando a una mejora que no tiene visos de ocurrir. Porque el problema de España en los próximos años va a ser el crecimiento. A falta de un programa de reformas de peso, el presidente debería prepararse para eso. En ningún país el sector inmobiliario pesaba tanto como en España, y eso no sólo lo tiene que digerir el sector privado, al final el público también tendrá que reducir su tamaño. Encima, nuestra dependencia de la financiación exterior nos deja en una situación muy delicada. Debería echar un vistazo a Irlanda, que va unos pasos por delante y vuelve a sufrir problemas con su financiación.

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