Opinión

Julio Anguita: La diagnosis de los sabios (IX)

La comisión de expertos presidida por Felipe González aborda en la recta final de su trabajo los retos que la Unión Europea debe afrontar en un mundo cada vez más interdependiente.

Sin embargo, constatan que la crisis y el aumento de los precios del crudo y de los alimentos han puesto en marcha tendencias autonomistas. Al considerar los informantes que esto es negativo, se muestran partidarios de promover un gran pacto para la sostenibilidad del sistema en torno al multilateralismo, la integración, la equidad, el desarrollo sostenible, la seguridad colectiva, los derechos humanos, el Estado de Derecho y las prácticas de comercio justo.

Más adelante y en contrate con lo anterior añaden la necesidad de incorporar como eje central la competitividad. Por eso subrayan la necesidad de que el euro como segunda moneda de reserva luche por mantener una doble referencia monetaria: el dólar y una cesta de divisas a determinar.

La necesidad de contar con auténticos elementos de cohesión política ante los escenarios internacionales se contempla simplemente como un desiderátum sin más contenidos que los que el informe califica como "caja de herramientas" contenidas en el Tratado de Lisboa.

La necesidad de establecer contactos y aproximaciones con Mercosur, Asean, SADC, etcétera se aborda -cautelosamente- mediante la propuesta de creación de una unidad europea de prospección y análisis ligada al Servicio Europeo de Acción Exterior.

El informe contempla como positivo lo que denomina "poder blando" de la Unión Europea; es decir una actuación basada en estrategias de integración e implicación que entrañen posibles adhesiones de nuevos Estados miembros a la Unión Europea.

Se muestran partidarios de "desterrar la pobreza" de determinadas zonas del mundo mediante la importación de productos agrícolas sin menoscabo del éxito de la ronda de Doha.

Julio Anguita es el ex Coordinador General de IU.

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