La probabilidad de una recaída supera el 40%. Hay que estimular la economía, porque todos los vientos que nos empujaban en la primera mitad del año nos frenarán ahora.
El estímulo fiscal será un lastre para el crecimiento en el segundo semestre y la reposición de inventario se habrá acabado.
La contribución al empleo que suponía la confección del censo desaparecerá y se extinguen las políticas fiscales como las ayudas a la compra de automóviles o de vivienda, lo que estancará la demanda. El crecimiento será más cercano al cero que al uno por ciento.
EEUU no puede permitirse un déficit presupuestario del 15 por ciento del PIB y la Fed se queda sin balas. Sus políticas cuantitativas no animan a los bancos a prestar. Éstos están sentados sobre 1 billón de dólares en reservas que no prestan al tiempo que ganan 0,25 puntos con ellas.
¿Por qué querrían conceder más crédito con las políticas cuantitativas? EEUU se enfrenta a una trampa de liquidez. Y con las compañías rebajando sus precios y un tapón en el mercado laboral, la amenaza es la deflación. Podemos terminar como Japón.
Nouriel Roubini, presidente de RGE.
