Opinión

Editorial: Una mirada al puzle de las divisas

Un euro débil es una señal de que la economía europea sale mal parada de esta crisis. En buena parte impulsados por la demografía, los emergentes piden paso. Pero un euro barato también enseña una cara positiva: explica el buen momento que viven las exportaciones alemanas. La divisa se ha convertido en la forma solapada de ganar competitividad. Pese a sus declaraciones, los chinos no dejan apreciar el yuan ante la pérdida de vigor en su crecimiento.

En Japón, su industria sufre porque el país vuelve a ser un refugio en un entorno deflacionario y eso encarece el yen. Y aunque el dólar cobije ahora al inversor, EEUU ha inundado el mundo de billetes y debe corregir desequilibrios tan grandes que la tendencia de su moneda será cotizar a la baja. Corren hacia abajo para dejar paso a los emergentes.

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