Pese a las cenizas del volcán islandés, Iberia ha logrado mantener las manos firmes sobre los mandos para lograr por fin beneficios en un trimestre. Después de 18 meses arrojando pérdidas, varios factores han contribuido a esta recuperación. El ajuste en la plantilla, el recorte de la flota y una gestión más eficiente les ha llevado a cargar con más pasajeros por avión. Y con los márgenes muy estrechos en los vuelos nacionales, han aprovechado sobre todo el repunte de la actividad en Latinoamérica y la clase business para extraer ahí mayores rendimientos.
Además, la caída del precio del combustible ha desempeñado un papel importante. La aerolínea ha hecho el esfuerzo para soltar lastre y vuela mejor preparada para encarar las sinergías que disfrutará con British Airways.