Opinión

Editorial: ¿Otro estornudo 'made in USA'?

¿Hay que ponerse ya el abrigo? Estados Unidos ayer volvió a arrojar datos que cuestionan la robustez de su recuperación. En un estornudo que sacudió los parqués, las ventas de casas usadas cayeron en julio un 27 por ciento. ¿Pero éste no era un mercado próximo al final de su ajuste? Una vez terminados los incentivos fiscales, los compradores se muestran reacios debido a que el ladrillo ha perdido su atractivo como inversión, hay un exceso de oferta y existe la expectativa de que los precios bajarán más.

En conclusión, un sector que daba antes plusvalías y empleo sigue sin recomponerse. Al mismo tiempo, la reposición de inventarios empieza a agotarse, lo que se refleja en la actividad industrial. La preocupación se extiende y se ha traducido en una huida hacia los bonos. Semejante demanda de éstos ha reducido tanto su rentabilidad que se da la rarísima situación en la que los dividendos empresariales superan el rendimiento de la deuda pública. Esto podría indicar que hay una oportunidad para invertir en bolsa... Aunque más bien parece lo contrario, que los beneficios de las empresas están demasiado altos... y caerán. Con los estímulos fiscales ya exhaustos, quienes tienen que tomar el testigo no aparecen.

Las empresas amontonan liquidez porque no ven oportunides, y las familias no consumen debido a su endeudamiento y un desempleo que no se corrige. ¿Son los estornudos señal de la recaída en la enfermedad? Las caídas que producen recesiones como las de paro, inventarios o vivienda ya han sucedido. Y la banca no lastra como antes. Quizás se logre evitar otro episodio, pero el paciente tiene un perfil anoréxico para los próximos años.

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