La crisis global ha operado un cambio en el centro de gravedad mundial. A medida que ha ido avanzando, EEUU ha perdido peso relativo como timón económico en favor de las emergentes, con China a la cabeza. Pero hoy el enfriamiento acatarra a ambos polos. Los datos recientes lo atestiguan. El presidente de la Fed ya ha anunciado compras de deuda para evitar la recaída estadounidense, una situación que podría favorecer el ascenso al trono de China, si no fuera por que ésta debe adoptar medidas para combatir sus propios problemas.
Con este escenario, está por ver quién tirará del carro de la economía en las próximas décadas. Pero lo que está claro es que el empeoramiento en EEUU ya no tiene el mismo efecto arrastre que antes de la crisis y que el futuro es más emergente.