En contra de lo que sostiene el Banco de España, el BCE estima que el sector financiero español aún necesita ajustes. La lenta reestructuración de las cajas de ahorros no ha bastado y de ella podemos aprender que las próximas actuaciones han de acometerse con la mayor celeridad.
Al fin y al cabo, si España hizo un ejercicio de transparencia adicional con los test de estrés, examinando a todo el sector, fue para ahuyentar cualquier sombra de duda. Un énfasis que no hubiera sido necesario si la redimensión del sector de las cajas no se hubiera prolongado durante un año.
Los ajustes que tenga pendientes la banca española han de abordarse con decisión y en el menor tiempo posible. Por el bien del sector financiero y por la propia credibilidad e imagen de España.
