Como el resto de la sociedad, las empresas más notables del país no son inmunes a los embates de la difícil coyuntura económica. Por tanto, ante los menores ingresos y perspectivas, han ajustado también sus gastos. Los grandes titanes del Ibex han acomodado sus políticas retributivas al contexto económico adverso y han optado acertadamente por la moderación.
Los consejeros de las sociedades que conforman el Ibex 35 se recortaron un 14,18 por ciento la retribución en el primer semestre del año. Un tijeretazo que dobla la caída de los beneficios y que cobra mayor relevancia si comparamos la situación con la de un año antes, en que los consejos de administración subieron sus salarios un 6 por ciento en el primer semestre pese a que el beneficio caía con el triple de fuerza. No abrazar la moderación salarial o, peor aún, subir los salarios al margen de la caída de los resultados no sólo sería contraproducente, sino que transmitiría una muy mala imagen de estas grandes compañías de cara a la galería del mercado y a la credibilidad de su gestión.
Cuando en las pymes se viven ajustes de plantilla y salariales, cuando los funcionarios sufren un recorte retributivo, cuando a todos se nos pide compromiso, y el Gobierno aprueba el mayor ajuste presupuestario de la democracia, el esfuerzo de moderación de los primeros espadas del Ibex supone un ejemplo y un ejercicio de responsabilidad, máxime cuando su excelente desempeño justifica su nivel retributivo. En tiempos de crisis, conviene aunar esfuerzos en la misma dirección, y los grandes han entendido el mensaje.