España es el segundo país del mundo en consumo de medicamentos y puede cerrar 2010 superando los 1.000 millones de recetas. La demanda de fármacos es creciente y las políticas sanitarias no logran contenerla. No abordan mecanismos moderadores y sólo inciden en la rebaja de precios.
Pero incluso así algunas comunidades autónomas, como Madrid y Valencia, este año no podrán sufragar los gastos de medicamentos con lo que tienen presupuestado. Ya no se puede eludir más el problema.
Es necesario que el Gobierno implante el copago para que el consumo de farmacopea se racionalice y se tome conciencia del coste. Tres cuartas partes del gasto farmacéutico corresponde a los pensionistas. ¿No será que Sanidad no se atreve con el copago por motivos electoralistas?