La gran banca ha registrado el quinto semestre consecutivo de recortes de beneficios. Lo negativo no es la secuencia , sino que sus previsiones sobre morosidad y deterioro de márgenes se prolongan más de lo anunciado trimestres anteriores por la incapacidad de España de salir de modo rápido de la crisis.
Esto supone más meses de tribulaciones para el sector y, por tanto, más tiempo en que el grifo del crédito seguirá cerrado para hogares y empresas, lo que a su vez abocará a las entidades a tener menos ingresos. Un panorama que se vuelve algo más optimista para el Santander y BBVA por su menor exposición a España. Al menos, y tras la publicación de los tests de estrés, la penalización de los mercados de capitales a las entidades españolas se reduce. Que dure.