El mes de agosto empieza con el bolsillo más asustado. A la subida del gasóleo y la gasolina de cara a la próxima operación salida se une también la constatación ayer de que el alza del IVA, que entró en vigor el 1 de julio, ya se ha dejado notar en el indicador adelantado de precios. El IPC armonizado subió un 1,9 por ciento interanual en julio, tras acelerarse cuatro décimas frente al mes anterior.
La sombra del dato es que la subida de precios no se produce por un mayor dinamismo económico ni porque el consumo muestre signos de recuperación. Según los analistas, y en consonancia con la marcha de otros indicadores, es atribuible al impacto de la subida del IVA, un elemento que en su día adelantó decisiones de compra y que ahora impacta con fuerza en el índice de precios.