El Gobierno sacó pecho ayer del último dato de ejecución presupuestaria alegando que por primera vez en la crisis los ingresos crecieron más que los pagos. Algo a simple vista positivo, pero que hay que tratar con cautela, pues los datos se refieren a la evolución en términos de caja: lo realmente pagado o cobrado independientemente de cuándo se haya comprometido. Por tanto, esa mejor evolución de la hucha no es concluyente sin conocer más factores, como cuánto gasto está comprometido sin haberse desembolsado, o cuántas transferencias a las CCAA aún no han salido de caja.
Sobre la mejor marcha del IVA, el Gobierno rechaza que se deba a un adelanto en las compras, algo que sólo es cuestión de tiempo poder comprobar cuando se conozcan los datos del presente mes en que el alza entró en vigor.