Opinión

Jordi Fabregat: 'Stress tests'

¿Le ha puesto nervioso tanto test de estrés? Relájese, que todo ha acabado bien. Sólo siete de las 91 entidades han suspendido, cinco de ellas españolas. Y en el caso español sólo necesitarán unos 2.000 millones adicionales a los 14.300 ya aportados. Aunque a usted le parezcan muchos, es una cifra muy reducida.

Primero le explicaré cómo funciona este invento. Imagine que le piden su opinión sobre la salud económica de una familia compuesta por una pareja, dos hijos y dos abuelos. Lo ha acertado, la pareja trabaja, los hijos estudian y los abuelos cuidan a los nietos. Pues haría un cálculo de las entradas de dinero y las salidas para ver si las primeras son superiores a las segundas, es decir, si los ingresos por salarios y pensiones son superiores a todos los gastos y los pagos por cancelación de deudas.

Si la diferencia es positiva, esta familia es capaz de ahorrar, situación tan increíble que le obligará a revisar todos los cálculos. Si la diferencia es negativa, huya velozmente porque esta familia no tiene más remedio que endeudarse más, y como le vean por ahí aún tendrá que rascarse el bolsillo.

Y entonces alguien le dice que aplique un stress test. Esto significa que indique qué pasaría si las cosas empeoran. Y ahí reside el problema fundamental. ¿Hasta dónde pueden empeorar? Los ingresos pueden reducirse si alguno de los miembros de la pareja pierde el empleo. O los dos. O si se reducen las pensiones. O si el Estado quiebra y no paga más pensiones. Los gastos pueden aumentar si sube el euribor y hay que pagar una hipoteca, o los abuelos enferman, o si los niños quieren ir de colonias al otro extremo del mundo. ¿Se da cuenta de la dificultad de fijar distintos escenarios? Y es evidente que si los ingresos bajan podemos tomar decisiones que hagan disminuir los gastos y, por lo tanto, la situación final no sería tan grave. Bueno, pues éste es el trabajo que hay que hacer para realizar un test. Ver hasta dónde aguanta esta familia si la situación económica empeora para ella.

Guiño al mercado

Los test anunciados el viernes pasado sobre la banca europea ya se hicieron a la americana en mayo de 2009 y tranquilizaron a los mercados, ya que la mayoría de bancos salió con buena nota. Por ello, parecía necesario hacerlos también aquí y darle publicidad y transparencia a los resultados. Evidentemente que aparecen siempre los detractores que dicen que los datos están manipulados.

En mi opinión, lo que ocurre es que las hipótesis que se asumen son subjetivas, de la misma manera que lo serían en el caso de la familia que hemos citado anteriormente. En el caso de los bancos, la situación se complica porque, entre otras variables, hay que cuantificar el aumento del PIB, del paro, la incidencia en la morosidad, la pérdida de valor de los activos en los que ha invertido la entidad, ya sean solares o deuda soberana.

Observe, pues, que si un banco español tiene en su activo deuda griega deberemos estimar su posible caída de valor para ver su incidencia en los fondos propios del banco analizado. Si contamos en el activo con solar que hemos tenido que admitir como dación en pago por un préstamo a un promotor que ahora no construirá ni en broma, hemos de estimar la pérdida potencial de dicho solar que probablemente ahora no tenga valor ninguno.

Uno de los objetivos de estos tests es conseguir que vuelva a la vida el mercado interbancario. Ahí es donde se dejan dinero los bancos entre ellos. Es tal la incertidumbre que existe, que hoy casi no hay operaciones y algunas entidades financieras con excedentes prefieren dejarlos en el Banco Central Europeo al 0,25% y dormir tranquilas antes que prestarlos a otra entidad financiera que los necesite.

Las ayudas del BCE

Ello obliga a los bancos a pedir dinero al BCE, que en estos momentos lo facilita al 1%, ya que no tienen otra manera de financiarse, dada la dificultad de emisión de nueva deuda. El BCE ha insistido en diversas ocasiones en que su intención es ir retirando las medidas extraordinarias que ha empleado tan pronto se observe una recuperación más asentada. La primera ha sido la barra libre al 1% en préstamos a un año con casi cualquier colateral como garantía. Ahora los préstamos son a corto plazo, aunque nadie dice que no puedan renovarse si hace falta.

Respecto a la reforma del sistema financiero, y en concreto la fusión de cajas, indispensable para no salir en la foto. Observe que las cinco entidades españolas que han suspendido son cajas de ahorros. Lo tenía muy claro el Banco de España cuando apretó a las entidades financieras con mayores provisiones para los préstamos dudosos y los activos aceptados como daciones en pago. Ello hubiese llevado a empeorar las cuentas de resultados de las entidades y quizás a alguna a entrar en pérdidas.

La intervención del BdE en este caso sería inmediata. Así se consiguió acelerar un proceso que tardaba demasiado por las reticencias de algunos dirigentes a abandonar sus confortables poltronas. Afortunadamente, la nueva ley de regulación de cajas de ahorros va en la buena dirección. Limita los poderes de los políticos y permitirá que las cajas de ahorros puedan crecer, ya sea a partir de las cuotas participativas o segregando la actividad bancaria en un banco y manteniendo la obra social.

Los mayores requisitos de capital que traerá la reforma en marcha, conocida como Basilea III, seguramente hubiesen significado el final de algunas entidades por ser incapaces de encontrar más capital propio. El Banco de España, pacientemente, ha hecho un buen trabajo.

Jordi Fabregat, profesor del departamento de Control y Dirección Financiera de ESADE.

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