En una economía globalizada donde los países emergentes compiten al más alto nivel con el resto de países desarrollados, y donde los flujos de inversiones navegan en dirección a los primeros, Europa y, por extensión, España necesitan despertar y afianzar su liderazgo como punto de referencia para los inversores.
Un liderazgo que sitúa a Europa Occidental como el segundo destino más popular para la inversión extranjera, sólo por detrás de China, según el último informe European Attractiveness Survey 2010 de Ernst & Young.
España, en el cuarto puesto
En concreto, dentro de esta clasificación, España mantiene el cuarto lugar como mayor receptor de inversiones extranjeras desde el año 2006, aunque desde 2008 ha visto cómo el número de proyectos ha descendido gradualmente.
Los principales clientes de nuestro país provienen de tres zonas geográficas, fundamentalmente: los estadounidenses; los europeos, donde se incluyen los alemanes, británicos y franceses; y, por último, los inversores asiáticos, en su mayoría procedentes de Japón.
La posición de liderazgo de España contrasta con la cara más amarga de la crisis: el incremento constante de nuestros índices de desempleo. A pesar de ello, los inversores extranjeros aún encuentran algunos argumentos generadores de optimismo y confianza para invertir en nuestro país.
Argumentos que, por otra parte, necesita cualquier economía para salir de una situación adversa como la actual. Así, si bien es cierto que en 2009 el número de proyectos de inversores foráneos en nuestro país descendió un 18%, el número de empleos creados por los mismos fue un 3% superior al registrado un año antes.
Importante para reactivar la economía
Aunque el dato puede parecer una gota de agua en un océano, y a pesar de la situación económica adversa, es un hecho que los inversores extranjeros todavía ven nuestra economía como un lugar donde rentabilizar su capital y así debería seguir siendo. A cambio, si nuestro país consigue recuperar ese atractivo encontrará una palanca más para la reactivación de nuestra economía.
Con todo, para reconquistar a los inversores parece preciso cambiar las estrategias puesto que ya no nos sirven las que estaban vigentes antes del estallido de la crisis. También desde entonces han cambiado las preferencias de quienes disponen de capital para la inversión. Si ahora se le pregunta a un inversor por qué tres sectores apostaría en los dos próximos años, los más demandados resultan el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el Energético seguido por el de Servicios Financieros y Tecnologías Limpias, según se menciona en el citado estudio.
Los inversores también aseguran que serán los emprendedores y no los reguladores quienes crearán la economía del futuro. Sin embargo, ellos mismos señalan que la mejor manera de estimular el atractivo europeo es a través del apoyo a las pymes, a aquellas industrias con un alto componente tecnológico y de innovación, junto a una reducción de la presión fiscal por parte de los Estados.
Por eso, los organismos públicos deben continuar creando las mejores condiciones para hacer más competitiva nuestra economía. Esto incluye garantizar la seguridad, la estabilidad y, cuando las circunstancias económicas lo requieran, ayudar al crecimiento con iniciativas públicas.
Nuestro país tiene el gran reto de mantenerse atractivo frente a los actuales inversores y ser capaz de generar interés entre los que aún no se han decidido a emprender proyectos en nuestro país. De otra forma, será difícil asegurar el crecimiento económico en los próximos años.
José Luis Ruiz Expósito, socio responsable de Mercados de Ernst & Young.