Las guardias nocturnas no son un buen negocio para las farmacias españolas. Permanecer abiertas una noche les reporta una media de 31,3 euros, si bien hay diferencias dependiendo de su ubicación. En las boticas, como en cualquier empresa siempre hay escollos asociados al negocio. Pero el servicio de guardia que ofrecen es necesario y no puede obviarse por criterios de rentabilidad.
Lo que hay que hacer es modificar el régimen de las guardias nocturnas y arbitrar mecanismos para paliar la situación actual, vinculados a criterios de negocio y capacidad. Pero en ningún caso mermar un servicio necesario para los ciudadanos. Los recortes del Gobierno en materia sanitaria siempre recaen sobre el sector farmacéutico. Es tiempo de mirar más allá y ensayar nuevas fórmulas.