Opinión

Editorial: Cerco a los controladores aéreos

"Hay que hacer cambios serios para garantizar que no se confunda a enfermos con sanos, ni a pícaros y desaprensivos con personas decentes". Son palabras del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, muy reveladoras del control que los ministerios de Trabajo y Fomento van a ejercer, desde ya, sobre las bajas exprés de los controladores aéreos.

Granado es partidario de modificar las prestaciones por incapacidad temporal de determinados colectivos profesionales. Y el ministro José Blanco ha instado la inspección escrupulosa del absentismo que los controladores aéreos han practicado este fin de semana, obstaculizando y retrasando numerosos vuelos justo en unas fechas, comienzo de la segunda quincena de julio, de abundantes movimientos vacacionales.

Supone un acierto que ambas carteras se dispongan a trabajar codo con codo para atajar la estrategia de este colectivo, al estimar que sus bajas y ausencias tienen visos de ser organizadas. Resulta inadmisible que un sector de profesionales privilegiados, entre los mejor pagados, encubra sus protestas bajo malestares súbitos comunicados minutos antes del comienzo de su jornada laboral. Nueve de cada diez bajas comunicadas, según Aena, se refieren a estrés, ansiedad y no a enfermedades con cuadros sencillos de determinar por los médicos, y ninguna supera los cinco días de duración.

Del mismo modo que el Gobierno no puede plegarse a las presiones de huelgas salvajes, como la del Metro madrileño, ha de poner todo su empeño para indagar y depurar al máximo la posible utilización interesada de las bajas médicas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky