Opinión

Pilar G. de la Granja: El Estado 'sublime' del bienestar

Esta semana conocí a Carlos Pagni, un tipo inteligente y divertido al máximo, que resulta ser uno de los analistas políticos más relevantes de Argentina. Como le pasa a la mayor parte de los genios, es odiado por media profesión y alabado por la otra mitad en su país. El caso es que Pagni estaba sorprendido por la "desoladora percepción que se tiene de la clase política en España".

No entiende cómo "el Estado sublime del Bienestar al que se ha llegado en España" -nunca antes soñado y menos en tan sólo tres décadas de democracia-, no tiene a nuestros políticos en altares en vez de a los pies de los caballos. Absolutamente desconcertado, se preguntaba cómo es posible que un país que ha estado o está aún pagando -con la crisis que vivimos- a los jóvenes 300 euros al mes por emanciparse, 2.500 por tener un hijo, subsidios por desempleo sine die, el PER y 45 días por año trabajado en concepto de indemnización por despido, piense que sus políticos "son malos". En España, además, la sanidad y educación son gratuitas -para todos los empadronados, da igual ilegales o no-; los billetes del transporte público, subvencionados; la luz, gratis para 5 millones de hogares; 190 millones de euros para los sindicatos de clase al año, apoyos para el cambio de los electrodomésticos, ayudas para comprar un coche, subvenciones para la rehabilitación de las viviendas, subsidios a fondo perdido para impulsar la actividad empresarial de las mujeres, para apoyar las energías renovables, para la "promoción, fomento y difusión de la economía social", para la promoción y producción de contenidos digitales, para cientos de fundaciones y organizaciones como el colectivo gay de Zimbabwe?

Y la respuesta está en que no hay conciencia de contribuyente. Nada de lo anterior es gratis, todo se paga con los impuestos de los que trabajamos y de las empresas del país. Como la necesidad aprieta, en pocos meses seremos conscientes de la broma sublime de subvencionar todo, con el dinero que es de todos, sin preguntar.

Pilar G. de la Granja, directora del programa 'El Balance' en Intereconomía.

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