Cuando la guerra por el pasivo se ha desinflado, Caja Madrid rompe la tregua con la banca y lanza un depósito al 4,5 por ciento vinculado a la contratación de un fondo de inversión. Cuando las entidades españolas tienen difícil acceder al mercado mayorista, dada la coyuntura, y no se puede exprimir sine die la barra libre del BCE al 1 por ciento, la caja madrileña ha encontrado una acertada vía para financiarse a un tipo que a medio plazo puede resultar rentable, al ganar clientes antes de que la captación de fondos del Frob por su fusión fría con Bancaja le ate las manos para lanzar y publicitar ofertas comerciales agresivas. Así, la entidad madrileña tiene los mimbres no sólo para incrementar su clientela, sino para ganar liquidez. Un buen momento para poner las espadas en alto.