De cara a la tele, Zapatero volvió a dar la vuelta hábilmente al discurso de Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación. Aprovechó la indefinición del líder de la oposición en política económica para acusarlo de "no arrimar el hombro".
Y cierto es que el PP no debería presentarse como la formación de la protesta y la defensa de los derechos. Tendría que tomar nota del discurso económico más consistente que ha hecho CiU, que sí presenta soluciones. Los populares han de concentrarse en las oportunidades que se brindan a la gran mayoría de los españoles. Justo lo que no ha hecho este Ejecutivo, que aún defiende que su Plan E creó empleo.
Se trata de un presidente amortizado que ahora dice: "Tomaré las medidas me cueste lo que me cueste". Lo asevera después de que hayan quedado en evidencia todas sus políticas, y que haya anunciado que cambiará el modelo de crecimiento y que convertirá a las pymes en medianas empresas. Pero ¿cómo logrará eso? No es raro que genere dudas respecto a la profundidad de sus reformas. Rajoy tiene mucha razón al apuntar que ha destruido la confianza.
Esperemos que la actitud del presidente no termine costando el descrédito definitivo al país. Mientras reprochaba la irresponsabilidad al PP, Zapatero volvió a enviar un guiño a Cataluña al declarar que podrían abordarse aspectos declarados inconstitucionales por razones que no son de fondo.
¿No es el mismo electoralismo que echa en cara a Rajoy? Con la nación vapuleada por la débil coyuntura, el Parlamento se ve inmerso en las elecciones catalanas. No tenemos ni Gobierno ni oposición y ya ni siquiera a CiU para hacer frente a la crisis.